Revue: | Arqueología mexicana |
Base de datos: | CLASE |
Número de sistema: | 000334692 |
ISSN: | 0188-8218 |
Autores: | Grube, Nikolai1 |
Instituciones: | 1University of Bonn, Department of American Anthropology, Bonn, Nordrhein-Westfalen. Alemania |
Año: | 2011 |
Periodo: | Jul-Ago |
Volumen: | 19 |
Número: | 110 |
Paginación: | 24-29 |
País: | México |
Idioma: | Español |
Tipo de documento: | Artículo |
Enfoque: | Analítico, descriptivo |
Resumen en español | Entre los mayas, el centro de poder de cada Estado lo conformaba un rey, que portaba el título de k’uhul ajaw, “rey divino”. Los ajawo’ob, “reyes”, fundamentaron su autoridad política superior a través de un estatus que les aseguraba una cercanía especial con los dioses. Los reyes se tornaban así en mediadores indispensables. Durantela época prehispánica, las Tierras Bajas mayas conformaron un paisaje político fragmentado en numerosos señoríos. Aunque la cantidad exacta de estos reinos se desconoce, los datos muestran que tales entidades tuvieron una extensión muy limitada y generalmente estaban integrados únicamente por un centro urbano, que era el sede del poder y la región circundante. El centro de poder de cada Estado lo conformaba un rey, que portaba el título de k’uhul ajaw, “rey divino”. La palabra ajaw significa literalmente “el de la voz potente” (o “voz de mando”). Estos “reyes divinos” residían en centros urbanos, construidos alrededor de los complejos de templos y palacios en los cuales vivían y gobernaban |
Disciplinas: | Antropología |
Palabras clave: | Arqueología, Mayas, Gobernantes, Glifos, Poder político, Tikal, Calakmul, Yaxchilan, Palenque, Copán |
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