Revista: | Academia XXII |
Base de datos: | |
Número de sistema: | 000558421 |
ISSN: | 2007-252X |
Autores: | Catalán Pérez, Vania Itzumi1 |
Instituciones: | 1Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Arquitectura, Ciudad de México. México |
Año: | 2020 |
Volumen: | 11 |
Número: | 21 |
Paginación: | 83-113 |
País: | México |
Idioma: | Español |
Tipo de documento: | Artículo |
Resumen en inglés | Over two and a half years after the September 19, 2017 earthquake, there are still many families whose homes were damaged that are still living with relatives or in temporary shelters, such as in tents or under tarps. In Mexico City, a place with a high risk of earthquakes, housing plays a major role, as the capital houses 7.46% of the country"s total population (8,912,820 out of 119,530,753 people; INEGI, 2017). Many of these people live on the city"s old lakebed, where strong movements of the earth can threaten certain types of dwellings due to a variety of reasons that will be examined herein. It is of vital importance to reflect on what could happento housing units that have already suffered damage in the next major earthquake. Many residents argue that "if our building withstood the 1985 and 2017 earthquakes, it will withstand another earthquake of lesser magnitude." This article presents the differences between the 1985 and 2017 earthquakes and how they affected different types of structures. Housing proved to be particularly vulnerable, and the housing units that were most heavily damaged were apartment buildings between four and 10 stories high. The primary architectonic/structural factors observed in these residences, which withstood the 1985 earthquake with only minor damage, are analyzed, along with their later performance in the last major earthquake. This study was conducted over the course of a year with support from the UNAM"s Engineering Institute (II-UNAM). |
Resumen en español | A más de dos años y medio de la ocurrencia del sismo del 19 de septiembre de 2017, se sabe que aún muchas familias continúan sin una solución para sus viviendas dañadas, por lo que se encuentran refugiadas con familiares o en albergues temporales, como carpas o tiendas de campaña. En la Ciudad de México, una zona de alto peligro sísmico, la vivienda cobra gran importancia ante este fenómeno natural, ya que en la capital habita el 7.46% (8"912,820) de la población total del país (119"530,753) (INEGI, 2017). En general, algunos de esos habitantes cuentan con algún tipo de vivienda construida sobre el antiguo lago de la ciudad, donde movimientos fuertes del terreno podrían presentarse, lo que hace vulnerables a ciertas viviendas por diversos motivos que se revisarán en este artículo. Adicionalmente, es de vital importancia detenerse a pensar qué es lo que podría pasar en el próximo gran sismo con la vivienda multifamiliar que sufrió algún tipo de daño. Es por ello es importante analizar la premisa que varias personas se plantean: "si nuestra vivienda ya soportó los sismos de 1985 y 2017, resistirá otro de menor o mayor magnitud".Este artículo presenta las diferencias entre los sismos de 1985 y 2017 y cómo es que cada uno afectó a diferentes tipos de estructuras, así como por qué la vivienda resulta muy vulnerable a este fenómeno natural y por qué los edificios de vivienda particularmente dañados en el sismo de 2017 fueron los de cuatro a 10 niveles, con los principales factores de irregularidades arquitectónico-estructurales que se observaron en una muestra de edificios de este tipo de vivienda, que soportó el sismo de 1985 con daños menores, para verificar cómo se comportó ante el último gran sismo. Este estudio se desarrolló a lo largo de un año con el apoyo del Instituto de Ingeniería de la UNAM. |
Disciplinas: | Arte, Ingeniería |
Palabras clave: | sismo, vivienda multifamiliar, daños, sismos 19s, configuración geométrica, Arquitectura, Ingeniería civil |
Keyword: | Architecture, Civil engineering |
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